Estas
son las cinco ciudades latinoamericanas que se han convertido en patrimonio cultural
de la humanidad por su arquitectura, que se resiste a olvidar el pasado. Allí,
las estructuras llenas de colores, los detalles barrocos, los balcones
floridos, las rejas en las ventanas y las callejuelas estrechas sobreviven
desde la conquista española.
1. SAN
MIGUEL DE ALLENDE, México: Como una feria cromática se unen fachadas y flores
buganvilias de diversas tonalidades para adornar a la que es considerada ‘la
ciudad más bonita del país azteca’. Fundada en 1542 por el monje franciscano
Fray Juan de San Miguel, este pueblo vio nacer a Ignacio Allende, uno de los
líderes en el movimiento de Independencia de México. Después de dos siglos,
gran parte de la influencia española sigue impregnada en las estrechas calles
empedradas y las hermosas iglesias de gran valor histórico para los
sanmiguelenses.
2. ANTIGUA
GUATEMALA, Guatemala: Durante la época colonial fue conocida como ‘Santiago de
los Caballeros de Guatemala’, un lugar colmado por el barroco español con
edificios, mansiones y un sinnúmero de iglesias utilizadas por los españoles
para la educación y la evangelización de los americanos. En 1773, una serie de
sismos denominados ‘los terremotos de Santa Marta’ destruyeron gran parte de la
ciudad, transformándola en un territorio en ruinas, que recuperó su estatus en
1821 con la independencia del país guatemalteco. En la actualidad, es uno de
los principales destinos turísticos de Centroamérica, ya que ofrece un rico contraste
entre las estructuras conservadas y los vestigios consumidos por el paso de los
años.
3. CARTAGENA
DE INDIAS, Colombia: Desde su fundación en 1533 hasta 181 1, la ‘Ciudad Heroica’
fue dominada por los españoles, quienes la convirtieron en uno de los puertos
más importantes de América. Allí llegaban los esclavos traídos de África y los tesoros
de gran parte de América, un botín codiciado por los piratas y ejércitos rivales
que una y otra vez intentaron saquear sus riquezas. Solo los detuvieron sus
sólidas murallas y el Castillo San Felipe de Barajas, todavía en pie. Hoy
permanecen intactas sus fortificaciones, las hermosas casas de colores con
techos de barro y los balcones que recuerdan por qué esta ciudad caribeña es un
patrimonio mundial que se debe proteger.
4. QUITO,
Ecuador: Desde las alturas se puede observar a Quito como un mar de tejas rojas
y casas agrupadas. Su centro histórico es uno de los más conservados e
importantes de América Latina. En cada uno de sus rincones se sienten los aires
de la colonia, esos que evocan los tiempos en que la Corona Española se implantó
en la Real Audiencia de Quito para someter a los indígenas a labores de
minería, ganadería y agricultura. Sin duda, los templos religiosos con grandes
pinturas en su interior son la mayor herencia europea; una exposición de
creencias que poco a poco fueron perdiendo valor tras la independencia, pero
que conservan su significado histórico con alrededor de 130 edificaciones
monumentales.
5. TRINIDAD,
Cuba: En esta villa todas las calles conducen a la Plaza Mayor. Cuenta con uno
de los conjuntos arquitectónicos coloniales más conservados del continente:
toda unajoya patrimonial. Sus casonas amplias, ventiladas y de colores cálidos exponen
la mano española que fundó en 1514 una de las zonas más prósperas de las islas del
Caribe para la época y, además, utilizó la mano de obra de los aborígenes para
preparar expediciones de conquista. Aunque el arte cubano intenta ganar espacio
en las estructuras, el amor de sus habitantes por la conservación de los espacios
hace que se mantengan los detalles de este pequeño poblado ubicado en la provincia
de Sancti Spíritus.
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