No
queda tanto, no. De lejos, se escuchan ya los villancicos. Se acercan las
vacaciones de Navidad y en consecuencia, te proponemos un plan de cine:
pasarlas a lo grande, pasarlas en Nueva York. Sigue leyendo, y juntos
envolveremos el regalo ideal para estas fiestas.
El
miedo nunca es buen consejero. Quien por temer al frío (que sí, lo hace y
bastante), o a sentir cómo se le hielan las orejas durante una tormenta de
nieve, dude a la hora de reservar su billete a la ciudad de los rascacielos,
estará dejando pasar una experiencia irrepetible. Nuestra respuesta a ese
recelo es rotunda: no disfrutar del ambientazo de Nueva York en esas fechas, de
las luces de colores por doquier, de la decoración cascabelera, de los
imponentes árboles navideños y de los alucinantes escaparates es imposible y
todos, sin excepción, deberíamos procurar hacerlo una vez en la vida, cual
misión para descansar en paz. ¿El motivo? La magia de una Navidad en Nueva York
traspasa la gran pantalla.
2
películas que muestran Nueva York en Navidad
- Solo
en Casa II (1992)
Rockefeller
Center (5 Ave. entre 49 & 50 St.). Aquí acontece una de las escenas más
emotivas de la película. En ella, el pequeño Kevin (Macaulay Culkin) pide su
único y verdadero deseo para esas fiestas: reencontrarse con su familia. Lo
formula en esta icónica plaza, observando las más de 45.000 luces que hacen
brillar su árbol de navidad, así como la pista de patinaje, la más célebre de
Nueva York.
Patinemos
o no, sin duda vale la pena detenerse un tiempo en este rincón del Midtown
neoyorquino. Reposar unos minutos en alguno de los bancos que rodean la pista
de hielo y sin más, elevar la mirada al cielo, ejercicio que debería ser rutina
habitual en cualquier viaje a Nueva York. Solo así podremos experimentar la
vertiginosa sensación de ver como si se precipitara sobre nuestras cabezas un
coloso como el Top of the Rocks, observatorio que mira de frente al Empire
State Building.
- Serendipity
(2001)
Avanzamos
algo menos de una década, y llegamos
hasta Jonathan (John Cusack), Sara (Kate Beckinsale) y la historia de cómo el
azar les lleva a conocerse en un centro comercial de un Nueva York en plena
explosión navideña. El paraíso de las compras en cuestión no es otro que el
lujoso Bloomingdale’s (1000 Third Avenue).
Otra
de las escenas más recordadas de la cinta se desarrolla en una cafetería de
Nueva York, una culpable de dar nombre a la película: Serendipity.
Resulta
que dicho local existe. Se encuentra en 225 East 60th Street, entre la 2ª y la
3ª Avenida. Su especialidad son los
postres, que sirven en porciones más que generosas. La carta contiene un poco
de todo, desde pasta, pasando por algo tan típicamente americano como las
hamburguesas (en su versión gourmet)… Como suele pasar con otros bares que han
sido localizaciones famosas del cine, el lugar atrae a multitud de curiosos,
por lo que se recomienda reservar (teléfono: 212-838-3531).
Luces,
cámaras, acción. Llega la escena final, que fue rodada en la pista de patinaje
del Wollman Rink (también conocida como Trump Rink). Situada en la esquina sur
de Central Park, es también una de las más conocidas de la ciudad que nunca
duerme. No tan concurrida como la del Rockefeller Center, más barata que
aquella y con unas vistas increíbles sobre el parque que la acoge, Wollman Rink
planta cara al hielo del magnate del petróleo.
En
definitiva, parece que no hay nada más navideño que la Gran Manzana y el cine,
lo sabe mejor que nadie. Así que grita con fuerza y cuenta atrás con nosotros:
ten… nine… eleven!… Desde el Rockefeller center se puede llegar paseando hasta
la luminosa Times Square, el lazo perfecto para tu película particular:
Nochevieja en Nueva York.
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