Mareo
o dolor en los oídos son algunos síntomas que puedes experimentar a más de
30.000 pies de altura. ¿A qué se deben y como enfrentarlos? Aquí, te damos la
respuesta.
Dolor de cabeza: Durante
el despegue y el aterrizaje, los cambios bruscos de presión afectan los senos paranasales,
provocando un breve pero fuerte dolor de cabeza.
Prevención: Mantente
hidratado y aliméntate bien.
Recomendación: Toma
analgésicos si el dolor persiste.
Deshidratación: El
oxígeno que se respira al interior de un avión es más seco y la humedad es muy
baja. Por eso puedes experimentar resequedad en la piel, picazón en la garganta
e irritación en los ojos.
Prevención: Evita
las bebidas con cafeína, pues provocan deshidratación. También es recomendable
utilizar gotas para los ojos.
Recomendación: Bebe
agua y aplícate crema hidratante.
Efectos de inmovilidad: Cuando
viajas por más de seis horas, la inmovilidad puede provocar que tus piernas se
inflamen o se pongan rígidas, ya que la sangre no circula y se pueden formar
coágulos o una trombosis venosa.
Prevención: No
lleves ropa muy ajustada.
Recomendación: Camina
cada dos horas. Flexiona y estira las piernas, los pies, los tobillos y los
dedos.
Taponamiento de los oídos: Esta
molestia, conocida como aerotitis, se produce por las diferencias de presión entre
la parte interna y externa del tímpano. Se resuelve de forma espontánea al
bajar del avión.
Recomendación: Mastica
un chicle, bosteza o inhala y exhala suavemente mientras mantienes tapadas tus
fosas nasales y la boca.
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