Ante
la experiencia que personas a nivel mundial experimentan al encontrarse con
habitaciones finamente decoradas, o con los detalles que hacen de cada hotel
una experiencia única, muchos de esos huéspedes confiesan haber tomado una
toalla, una bata, o hasta un cuadro decorativo de alguna de esas habitaciones en la que
se alojó.
Esta pregunta la responde la cadena CNBC, quien informó que a
partir de una investigación, los ciudadanos argentinos son los más propensos a hurtar
productos de las habitaciones de un hotel, resultado obtenido, después de realizar una serie de encuestas realizadas a estos turistas, en donde más del 80% admitió haber tomado algún
artículo que no era de su propiedad del hotel en el cual se hospedaba.
Pasando al "todo incluido" de vacaciones a un nivel completamente nuevo, los
viajeros de Singapur ocuparon el segundo lugar entre los más propensos a robar, pues el 71 % de
los encuestados admitió haber robado artículos de hoteles.
Siguiendo con el ranking, España
se ubicó en el tercer lugar con el 70% que admitió haber tomado elementos, arrojando el porcentaje más alto en los países europeos encuestados, seguido de
Alemania con un 68 %.
Una
investigación realizada por Harris Interactive, reveló que el 61% de los
entrevistados confesaba haber tomado productos de tocador y casi el 20% había
llevado o pensado en tomarlos de un carrito de mantenimiento sin vigilancia. El
18% declaró haber robado toallas y el 14%, ceniceros.
El
profesor de psicología de Yale, David Armor, aseguró que podría haber una
especie de miopía por la cual una persona puede considerar que sus hurtos son
incidentes aislados. A su turno Benoit Monin, profesor adjunto de psicología de
la Universidad de Stanford, considera que en la gente hay “cierto deseo de
vivir algún tipo de emoción”.
Los
costos
Un
estudio realizado por la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos
Turísticos, concluyó que en España los hoteles pierden alrededor de €200.000 anualmente por este tipo de hurtos, motivo por el cual algunos hoteles
decidieron asegurar con cadenas algunos objetos de valor como secadores o planchas;
otros han contratado detectives para que vigilen en el interior de sus
instalaciones.
En
ese sentido, cansados de las pérdidas generadas por los amigos de lo ajeno,
científicos y diseñadores desarrollaron un moderno sistema de protección para
los artículos que desaparecen más frecuentemente e inventaron un armario
inteligente que evita el robo de toallas y otros elementos de los hoteles.
Los
creadores procedentes de Islas Canarias, ubicadas al suroeste de España y al
Noroeste del África, se dieron a la tarea de crear un microchip que se instala
en cada una de las toallas ubicadas en los compartimentos del escaparate, los
cuales solamente pueden ser retirados con una tarjeta inteligente similar a las
del transporte público y que s son entregadas a los huéspedes al momento del
servicio.
Con
ese tipo de avances tecnológicos, los hoteles le apuestan a reducir los costos
generado por ese tipo de actividades ilegales que tantas pérdidas producen
anualmente a las cuentas de sus firmas.
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