SANTA MARTA: "CAPITAL ECOLÓGICA DE COLOMBIA"

Con sus picos nevados, playas vírgenes y cientos de reservas naturales, el territorio que rodea la Sierra Nevada es una Meca para los viajeros ecológicos del mundo. Esta ciudad de nuestra costa norte colombiana es el mejor punto de partida para explorar la verde exhuberancia de la región.

Para llegar a la reserva natural Sindulí, ubicada en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, hay que caminar hora y media montaña arriba. El calor de 30 °C y el empinado sendero no nos distraen del propósito que nos atrajo hasta aquí: el avistamiento de aves exóticas características de la región. Juan Carlos Sandoval, director de la reserva, es nuestro guía. Detrás de él caminamos diligentemente, hablando en voz baja y procurando hacer el menor ruido posible para no espantar a pájaros y otros animales que puedan encontrarse cerca. A medida que vamos subiendo, los sonidos de las aves se hacen más fuertes y variados.
“¿Oyen eso?”, pregunta Juan Carlos tras frenar en seco y elevar los binóculos hacia el cielo. “Es un Tiranus melancolicus, de la familia Tiránide. Come moscas en vuelo”, dice, y señala la rama de un árbol donde el pájaro ha ido a posarse.
Estamos cerca de Palomino, a una hora y media de Santa Marta, en medio de un bosque húmedo tropical. Desde aquí, la vista es contraste puro: hacia un lado pueden verse los picos nevados Cristóbal Colón y Simón Bolívar (máximas cumbres de la Sierra) y, hacia el otro, las playas blancas del mar Caribe. Todos los pisos térmicos entre los 0 y los 5.775 msnm están contenidos en este punto geográfico, y ello lo convierte en un lugar exuberante y único en su biodiversidad. Adicionalmente, por ser la Sierra Nevada de Santa Marta un sistema montañoso independiente de las cordilleras, muchas de las especies que aquí se encuentran son endémicas de la zona.
Esta confluencia de factores es la razón por la que Santa Marta ha sido llamada “La Capital Ecológica de Colombia” y por lo que constituye un destino obligado para el viajero interesado en el turismo natural y de aventura.
RÍO DON DIEGO
Ubicado a una hora y media de Santa Marta vía Riohacha, se encuentra el río Don Diego, un importante punto de interés ecológico de la zona. En sus orillas se extienden diferentes bosques y reservas naturales a las que es posible acceder caminando o en canoa.
Hacia las 9.00 a.m. llegamos a Taironaka, donde nos recibe una mujer para hacernos el recorrido: visitamos un pequeño museo arqueológico que exhibe diferentes piezas tayrona; una vivienda circular típica indígena donde, hasta hace poco, vivía una familia kogui, y unas terrazas circulares que ascienden sobre la montaña. Al terminar, subimos a la canoa nuevamente y tomamos caminos hacia Yumake, una reserva natural y ecohotel desde donde tomamos unos flotadores para descender por el río hasta llegar a la desembocadura al mar. El paseo es relajante y didáctico a la vez: mientras nos dejamos llevar por una corriente apacible, el guía local nos indica que las aguas de este río provienen de los glaciares de la Sierra (por lo que son tan frías y cristalinas), y nos señala flores exóticas, micos aulladores, mariposas y otros animales durante el trayecto.
EN LA CIUDAD
Aunque muchos viajeros van a Santa Marta para usarla como balneario o punto de partida para Visitar playas y parques cercanos, esta ciudad tiene cada vez más cosas por ofrecer. Basta dar un paseo por el centro histórico para darse cuenta de ello. El recorrido empieza en la Plaza Simón Bolívar, desde la cual puede divisarse el morro, la imagen representativa de la ciudad.
La carrera tercera nos lleva por el animado callejón del correo, donde recientemente varios restaurantes pequeños han abierto sus puertas. Nos sentamos en una de las mesas ubicadas en la calle y pedimos un jugo de guanábana. Allí, permanecemos un largo rato, refrescándonos y Viendo la gente pasar. Cuando hemos recuperado las fuerzas, emprendemos camino hacia la Catedral de Santa Marta. Nos ubicamos cerca de la estatua de la Virgen que da nombre a la iglesia para observar a algunos locales que le traen ofrendas. Terminamos la tarde en el Parque de Los Novios, uno de los lugares emblemáticos del centro, donde se dan cita los locales para esconderse del sol bajo los árboles o para comer en la terraza de alguno de los restaurantes que rodean el lugar.

VERDE PARA TODOS
Durante los últimos cinco años, el territorio que se extiende entre el Parque Tayrona y Ríohacha ha visto un crecimiento significativo del turismo. La razón es que esta zona continúa siendo inexplorada y virgen en gran medida, lo que atrae a aquellos interesados en estar en medio de la naturaleza. Sin importar si el viajero es un aventurero audaz que quiere subir a Ciudad Perdida, o si es un sibarita que busca relajarse en las exclusivas playas de Gairaca o Neguaje, cualquiera que guste de lo ecológico y natural encuentra su nicho en la región samaria. “Aquí estamos cerca de Santa Marta pero a la vez muy lejos de ella”, dice Juan Carlos al regreso de nuestro periplo por la reserva. Geográficamente, a la Sierra Nevada podrán no separarla muchos kilómetros de Santa Marta; sin embargo, mentalmente, pareciera estar a un mundo de distancia. Pocos lugares condensan de manera tan majestuosa el abanico paisajístico del planeta. En eso, precisamente, radica toda su belleza

Agradecimiento especial del Post al fondo de promoción Turistica de Santa Marta, Operador turístico Aventura Sierra Nevada, Oro Verde, Turismerk, La Sierra Eco Hotel, Restaurante Tierra Negra y Aviancaenrevista.com©



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